Las Chivas rayadas del Guadalajara se clasificaron el martes como semifinalistas de la Copa Libertadores y empujaron al abismo a Boca Juniors al igualar a cero en el partido disputado en "La Bombonera", suspendido a los 75 minutos por incidentes en las tribunas. La suspensión del encuentro, dispuesta por el árbitro uruguayo Martín Vázquez, no podrá modificar la resolución de la eliminatoria debido a que los incidentes fueron provocados por los hinchas del Boca Juniors, que agredieron a un integrante de las Chivas y arrojaron objetos contundentes contra los jugadores.
La ventaja de 4-0 obtenida en la ida de los cuartos de final por el equipo de Jalisco resultó demoledora para Boca Juniors, que no logró marcar un solo tanto el martes y perdió los estribos en los minutos finales, cuando quedaba sellada su eliminación del torneo. Esta circunstancia deja al margen de la Libertadores a Boca Juniors hasta el año 2007, debido a que en la Liga argentina no logró clasificarse para la competición continental.
El partido fue interrumpido a falta de un cuarto de hora para el final por los incidentes provocados por los aficionados, fuera de sí por los choques entre jugadores en el campo que motivaron las expulsiones del boquense Palermo y de Bautista, jugador del Chivas. El Guadalajara de Benjamín Galindo mostró personalidad y solidez, no se desordenó pese a los embates ofensivos del conjunto local y estuvo al margen de los disturbios.
Boca Juniors jugó contrarreloj desde el comienzo, con la pesada obligación de marcar cinco goles para clasificarse o cuatro para acceder a la lotería de los penales, por lo cual cada minuto transcurrido sin rédito en el marcador tuvo en la ansiedad, el fastidio y la desesperación un efecto multiplicador. Los boquenses dominaron el juego en la primera parte, pero todo lo que intentaron resultó infructuoso.
En principio porque tácticamente las Chivas resolvieron con serenidad y convicción los embates locales. Después porque el arquero mexicano Corona desvió al córner la primera llegada profunda de Boca Juniors, a cargo de Guillermo Barros Schelotto, que remató a los 20 minutos, y porque el meta tocó el balón y lo hizo pasar por encima del travesaño tras un cabezazo de Palermo a los 26. Daba la impresión que maduraba el gol de la tranquilidad y el equilibrio emocional para el equipo argentino, pero otro remate de Palermo, a los 27, dio en el travesaño y entonces Boca Juniors quedó al borde de un ataque de nervios.
A esas alturas, el equipo de Guadalajara hacía nada más que lo necesario para cumplir con el trámite de conservar la abultada ventaja lograda en Jalisco, casi sin involucrarse en el juego cuando el balón pasaba al campo rival. Los boquenses llenaron de centros y de peligro el área mexicana en el segundo tiempo, sin resultados porque al Guadalajara le sobró capacidad defensiva para neutralizar a Palermo y Delgado y al arquero Corona concentración para completar esa faena.
El arquero de los Tecos ( UAG ) , cedido al Guadalajara para este torneo, se convirtió en el mejor jugador del campo. Boca Juniors jugó desde los 62 minutos con cuatro puntas, porque Rodrigo Palacio sustituyó al lateral brasileño Baiano. Los roces motivaron las expulsiones de Palermo y Bautista e incidentes entre los jugadores a los que se sumaron dos aficionados que agredieron al futbolista del Chivas, tras saltar al campo, y lograron escaparse de la policía.
Bautista también había sido agredido por el centromedio argentino Cascini al borde del campo, pero el árbitro uruguayo Martín Vázquez hizo la vista gorda.
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