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Un día inolvidable Parte I

Eran las 7:30 am de la mañana del domingo 22 de octubre de 2006 cuando la alarma de mi teléfono celular me despertó al ritmo de "Pump It" Black Eyed Peas, normalmente los domingos me levanto más tarde, pero ese día tienía una razón muy especial para que yo realizara semejante proeza.

5 minutos más tarde ya había despertado a mi esposa y a mis princesas, la primera misión a cumplir era realmente sencilla, había que estar listos para salir en punto de las 8:00 am e ir a desayunar antes de cumplir mi cita con el destino.

Yo estaba listo en poco menos de 5 minutos, jajajajaja , unos jeans , mi playera favorita y unos zapatos tenis completaban el vestuario de esa mañana, en otros 10 minutos ya había lavado mi cara, cepillado los dientes y pasado el peine, para acomodar mi corto cabello.

Faltaban escasos 10 minutos para salir a desayunar y mis hijas ( quien tenga hijas me dará la razón ) todavía no terminaban de peinarse , ¡¡¡¡ caray !!! que desesperación le invade a uno cuándo se agota el tiempo y las niñas siguen deslizando el cepillo entre sus cabellos para evitar que alguno quede fuera de lugar........ y además eso multiplicado por cinco..... uff, no queda duda de que se vuelve una eternidad.

Finalmente mis bellezas estaban más que hermosas y nos fuimos directamente a desayunar, sin embargo hubo un pequeño detalle que merece la pena comentar.

Mientras mi pequeñas ponían en la cajuela del coche sus chamarras y todo tipo de artículo femenino para su arreglo y entretenimiento durante el viaje, noté que una de ellas llevaba una cartulina enrollada y asegurada con una liga, algo que me pareció muy singular pero que no le dí importancia alguna, se trataba de un simple trozo de papel.

Finalizado el desayuno nuestro siguiente objetivo del día era llegar a la casa de mi Madre y dejar el auto ahí, para poder desplazarnos con mayor facilidad rumbo al Zócalo de la Ciudad de México.

Para cumplir esta misión debíamos de recorrer 35 km, 12 de ellos en autopista y el resto en medio del tráfico de mi querido Distrito Federal, una vez que concluimos esta travesía , el siguiente paso dentro de mi plan era este:

"Tomar un taxi que nos acercara al Metro de la Ciudad y viajar en él hasta el Zócalo".

Esto no debería de tener nada de extraño, lo peculiar de esto resalta en que para mis hijas usar el Metro es una experiencia única.

Y aquí es donde me percato de nuevo que mi hija seguía conservando la cartulina que ví al momento de subirnos al auto.

Después de pensar un poco intuí para que era ese trozo de papel, sin embargo decidí no hacer ningún comentario y esperar a comprobar si lo que creía resultaba ser cierto. ( como siempre y al fin programador, el resultado forzosamente debía ser un valor boleano, un cierto/falso , un si/no ).

Finalmente llegamos..... y la cantidad de gente que había sobre la plancha del Zócalo era ¡¡¡ impresionante !!!, personas caminado, otras corriendo pero la mayoría estaba con un paso rápido buscando el área de registro para poder ingresar a donde se iba a realizar el mayor número de partidas de simultáneas en el mundo.

Hasta ese momento me encontraba yo tranquilo, pero cuando ví los miles de personas que íbamos a participar ( y cuando digo miles , no estoy exagerando ) sentí un frio que comenzó en mi nuca y lentamente fue bajando por la espalda hasta llegar a la cintura...... la emoción y los nervios estaban haciendo de las suyas.

Me dirigí a una de las mesas de registro cambié mi número de folio y recibí mi acreditación como participante, en ella estaba el número de escaque que me tocaba H9.

La plancha del Zócalo simulaba un gigantesco tablero de ajedrez y yo estaba cerca de la fila A , así que para llegar a la fila H tendría que recorrer poco menos de un kilómetro, me enfile hacia la entrada principal y le dije a mi esposa en que zona estaría ubicado, de tal manera que mis hijas y ella pudieran estar lo más cerca de mi.

Pocos minutos después ya estaba en la mesa que me correspondía, tomé asiento y esperé pacientemente que me hicieran entrega de mi paquete.

EL paquete consistía en 3 revistas de ajedrez , un tablero, una camiseta la cual podría ser negra o blanca y una gorra.

Un poco más tarde llegó mi porra, y fue hasta entonces cuando pude ver el mensaje que tenía escrito la misteriosa cartulina verde.

¡¡¡ Vikthor !!! Tú puedes, Tu familia te apoya, Te queremos.

Frente a la cerca que separaba a los jugadores del público estaban en primera fila mis gemelitas y la más pequeña de mis princesas, atrás de ellas estaba mi hija mayor y a su lado, con los brazos en todo lo alto y extendiendo toda la cartulina estaba el amor de mi vida...... Mi esposa.

No iba a jugar contra Antolí Karpov, pero la emoción que sentía en ese momento parecía que así era.

.... y las emociones todavía no terminan :-)

Comentarios

Anónimo dijo…
AMOR al leer tus líneas me has tramitido "otra vez" esa emoción de aquel día y he vuelto a sentir ese gusto por compartir aventuras en familia, GRACIAS por permitirnos a TODAS estar ahí contigo y veo que el mensaje fué muy importante para tí, mí objetivo se cumplió y lo recibiste como era. Espero que sigamos compartiendo una y mil cosas más, me da mucho gusto ver que esas HORAS jugando en línea han dejado muchos frutos porque LE DISTE BATALLA al Maestro además que ahora has despertado ese entusiasmo he interés en tus retoños, sigue así eres una persona diga de admirar.
TE AMO, TE QUIERO, TE ADMIRO. NAYHI
Vikthor dijo…
El agradecido soy yo, compartir momentos como este son los que iluminan mi vida.

¡ LAS QUIERO A TODAS !

....Nayhi, TE AMO
Anónimo dijo…
Oye, Vik.... ¿y que paso entonces?

Comenta la segunda parte, no?
Anónimo dijo…
¡Que bonita familia tienes Vik!

MUCHAS FELICIDADES!!!!!

Ya cuentanos la segunda parte si?....... nos dejaste picados!!!!

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